¿Qué es lo que ocurre durante el curso del año en un jardín Waldorf?. En realidad se vive de fiesta en fiesta.
A través de las fiestas que se repiten cada año, en el mismo tiempo y de la misma forma, se da al transcurso del año un ritmo fijo. Rudolf Steiner dice:- «El ritmo es algo vivo, es el portador de nuestra salud». Esta frase es de gran significado para la educación del niño. Como los niños no pueden darse a sí mismos un ritmo, pues dependen del mundo exterior, es muy importante que los adultos les ayuden conscientemente a conseguir un ritmo sano. Cuanto más rítmicamente pueda vivir un niño, más sanamente se desarrollará. Por eso, en el Jardín de Infancia cuidamos el ritmo vital en la secuencia de actividades en el transcurso del día, de la semana y del año. Gracias a como nosotros celebramos una fiesta específica en cada estación, el niño puede vivir profundamente, aunque inconscientemente, las estaciones del año.
A través del juego y de los preparativos hacia una fiesta anual se percibe la naturaleza y se cuida su ambiente apropiado. La fiestas como tales representan puntos culminantes dentro del año. Pero tan importante como la fiesta es el tiempo de preparación, el vivir acercándonos hacia ese día. Normalmente las preparamos durante tres semanas con los niños. Interiormente con rimas, canciones, rondas y cuentos; y exteriormente, haciendo decoraciones, trabajos manuales y haciendo pan o pasteles especiales, etc.
Nuestro año escolar empieza con la época de cosecha. Si observamos en esta estación del año, en la cual la naturaleza nos obsequia generosamente, en la cual el mundo se presenta en colores brillantes, en la cual sus frutos son abundantísimos, entonces podemos sentirnos llenos de gratitud. Si sabemos dejar vivir a los niños de una forma viva el tiempo del otoño será la gratitud la que entrará como capacidad anímica en las almas de los niños. Pero así como podemos cuidar en otoño la capacidad anímica de la gratitud, podemos fomentar una cierta capacidad anímica en cada fiesta
A través de la correcta celebración de las estaciones del año, podemos ayudar al niño a desarrollar fuerzas que le pertenecerán toda la vida.