A pesar de la cuarentena, los enanos, con gran ayuda amorosa y laboriosa de mamás y papás, lograron coser las cartucheras que portan los nuevos lápices de niños y niñas de tercer grado.

Cada cartuchera lleva un tejido hecho por los niños y niñas, en su primer acercamiento al crochet. Con este tejido los enanos bordaron los nombres.

¡Cuánta magia! Cada niño y cada niña recibió su tesoro de la mano de una ceremonia especial y esos 10 colores pintaron las almas como un arcoíris.

Ya podemos escribir letras y números más pequeños. Porque ya estamos preparados. Cerca de los 9 años, se nos abre un poquito más el mundo y se acerca el momento de la escritura en letra cursiva. La motricidad se afina, y con ella la herramienta. Seguimos atesorando las pastas, sagrados tesoros de cera de abejas y colores de la naturaleza, que recibimos como pepitas de oro en primero y segundo grado, y las continuaremos usando para dibujar, hacer guardas y formas.

Pero para escribir… ¡sí! Ahora tenemos lápices.