Sexto grado

Allá lejos en el tiempo había quedado nuestra época de geometría, en la que con mucho entusiasmo y precisión comenzamos a descubrir cómo se construían, con la exactitud que nos permiten los instrumentos (compás, regla, escuadra, etc.), cada figura.

Descubrimos las paralelas y las perpendiculares, y con ellas el cuadrado. Practicamos haciendo bellísimos mandalas de hexágonos que se combinaban mediante el uso del compás. Comenzamos a combinar el uso del compás y la regla, generando distancias iguales, cuadriláteros que jugaban en la hoja y que luego pintados eran verdaderas obras de arte. Y llegó el momento de quedarse en casa, y en cada casa surgió una luz para las actividades de la escuela, una vela encendida, un calorcito especial, cálidas luces que con su amor nos unen.

La época de geometría se fue a dormir, descansó, y volvió hecha luz para nuestros farolitos.

Algunos con maderitas de helado, otro con complicados pliegues de papel, otros con tronquitos del jardín fueron naciendo y practican sus brillos y caminatas en el atardecer esperando con alegría el momento de la fiesta de los farolitos, en que la tierra sea cielo.

 

“Ya se ha escondido el sol cada uno lleva un farol,

luz que brilla al cantar se suman las voces en esta canción.

No existe oscuridad cuando hay alguien con quien cantar,

canto que es bendición que ilumina el camino con mi farol.”

 

Maestra Luciana.