
Queridas familias:
Con el calor intenso que llegará en noviembre, veremos la cristalización del trigo, es decir, cuando se pone dorado.
Nos acercaremos a la recolección y cosecha a partir del 29 de noviembre con el primer domingo de adviento.
Entre todos hemos sembrado un surco de casi ciento cincuenta metros.
Si unimos el trigal de cada casa y lo imaginamos en círculo, nuestra granja tendría un anillo de trigo que la rodearía en toda su periferia.
Energéticamente, seguro que ha sido así, puesto que las familias trabajaron en 170 huertas, solo de niños de la sección primaria.
Y como la tierra viva nunca duerme y nos ha pedido nuestro amor, este año más que nunca, les quiero proponer una última siembra que comenzaremos a recolectar para fines de febrero.
Todos los niños, acompañados, podrán sembrar en casa y hasta en el balcón, en muchos casos.
La propuesta es para el próximo miércoles 18 de noviembre (con el último sol en la constelación de libra y la luna en sagitario acompañando la germinación) a las 18 horas.
Y qué sembraremos esta vez…?
Una Milpa.
Maíz, poroto y zapallo.
Es tiempo entonces de preparar el suelo y de ir consiguiendo las tres semillas en cualquiera de las cientos y miles de variedades.
En breve les enviaré un video de cómo preparar el suelo para quienes lo necesiten y de una explicación más extensa y profunda sobre este antiguo sistema de cultivo sustentable para quienes no lo conozcan, así como unas imágenes sobre cómo sembrar.
Importante: el primer domingo de noviembre, o el lunes 2 o el jueves 5, son buenos días para sembrar en una maceta o en un cajoncito: el maíz. El único cultivo que no haremos en siembra directa por las dificultades que se presentan en nuestro suelo.
El día indicado lo trasplantaremos mientras cantamos alguna de las canciones que el maestro
Diego seguramente nos sugerirá.
“La Milpa” no solo es una técnica agrícola en sí misma, sino la manifestación de una cosmovisión en el aspecto social. Además está relacionada con una forma de trabajo cooperativo desarrollada por varias culturas originarias, basadas en la ayuda, la integración y cooperación mutua, cuyo objetivo siempre fue y es, lograr una mayor salud y productividad no sólo en lo agrícola sino en el aspecto social.
Por tal razón, ese día deberán ser como mínimo tres seres los que concreten el trasplante del maíz y la siembra directa de los porotos y de los zapallos.
Para que se den una idea, si lo hiciéramos en la escuela, cubriríamos todo el parque grande de la primaria con nuestra siembra. Y aunque allí no lo hagamos, sí estaremos uniendo nuestras fuerzas, nuestros cantos y nuestras esperanzas para seguir transitando esta prueba, con esperanza.
Maestro Gustavo