
Nada nos detiene. Seguimos buscando todas las formas que nos permitan estar diariamente con nuestros niños y niñas, atendiendo a las restricciones y cuidados.
Y ellos ponen todo de sí. El encuentro humano es la prioridad. El calor del encuentro, los fogoncitos en el parque, las bolsas de agua caliente, maestros que nos transformamos en cuenco y pared poniendo el cuerpo y el corazón. Todo esto… puede más que el frío.
Gracias a todos y cada uno por el esfuerzo en acompañarnos con las medidas necesarias que nos permiten estar juntos.