Desde hace 12 años, cada 29 de septiembre, nos reunimos todos los ciclos (jardín, primaria y secundaria) para cantar juntos y recibir un cuento, generando un ámbito para que las fuerzas micaélicas puedan estar presentes. En esta búsqueda, nos reunimos  en un espacio central, común, a cantar a distintas voces un coro, una voz coral que nos aúne, en la que aparezca la propia voz de cada uno y la de todos. Ese es el espíritu que buscamos vivenciar en nuestra fiesta de Micael.

La época de Micael que se extiende hasta el 29 de octubre nos permite afrontar distintos desafíos, grupales, individuales, interiores o exteriores, apropiados a la etapa evolutiva de los niños, niñas y jóvenes.

El Arcángel Micael (también llamado Miguel) es un símbolo que representa el esfuerzo de nuestro yo en su afán de trascender las fuerzas involutivas propias de nuestra parte humana como son los miedos, los apegos y las creencias.

Representa también el valor que hemos de desarrollar.

Su espada (mano derecha) simboliza la verdad, es decir: ser honesto con uno mismo y con los demás.

Su balanza (mano izq) representa el equilibrio entre la compasión y la firmeza.

También relacionamos a Micael con la rosa, como expresión del yo superior.

“El impulso de Micael es el de la confianza en el espíritu humano. El hombre ha llegado en su suceder histórico a una época donde cree que sólo existe la materia. La ciencia que gobierna el mundo de hoy lo deja en un estado de separación y de soledad que lo va endureciendo.”

“Sólo mediante un esfuerzo consciente de búsqueda el hombre podrá, gracias a las fuerzas del calor de su corazón, levantar un pensamiento que sea capaz de captar lo que a sus ojos y a su intelecto se esconde, el origen espiritual de todas las cosas y de sí mismo.
Micael confía en que el ser humano pueda hacerlo, y toda la naturaleza está expectante de que así lo haga.”

(Fragmentos de diversas conferencias de Rudolf Steiner)