El sábado 18 de marzo realizamos la primera reunión de madres y padres.

En el primer momento destinado a lo pedagógico, abordamos la imagen de las niñas y los  niños de sexto grado, su relación con el mundo, la «revolución interior, anímica y hormonal» y las generalidades del desarrollo físico anímico femenino y masculino. Compartimos la tarea de acompañamiento por parte  de los educadores, las madres y los  padres. También recordamos, en este mismo sentido, cuál es la cualidad de la currícula  a través de los contenidos que se ofrecen en las materias propuestas.

Para intentar vivenciar el momento por el que transitan las niñas y  niños de sexto grado, realizamos un trabajo de geometría que nos permitió acercarnos a los sentimientos que atraviesan (también a nosotros adultos) ante los distintos  desafíos que se les presentan: entusiasmo, enojo, frustración, rabia ante el impedimento, etc  y la gestión de esos sentimientos. Coraje para seguir adelante, volver a intentarlo para vivenciar la satisfacción de no rendirse, hasta empezar a ver la luz cuando surge la forma. Consideramos todas éstas como cualidades para el «morral de la vida».

Una vez logrado esto, trabajamos el color y aparecieron formas nuevas y únicas.

Para abordar el tema económico, hicimos dos encuentros: uno el sábado 18 de marzo y un segundo encuentro el lunes 20. El sábado nos acompañaron la profesora Claudia y la maestra Rocío de la comisión económica. Realizamos distintas dinámicas y juegos. Hubo momentos de risas, de juego, de reflexión, momentos de angustia para algunos, de frustración para otros, de alivio también. Hubo sinceridad (que a veces puede doler a unos u otros) pero con buenas formas y respeto. Y logramos el calorcito necesario para que muchas voces se puedan expresar con libertad.

En los días subsiguientes se resolvió lo económico, con aportes adicionales de 14 familias y dos padrinazgos, y con un hermoso trabajo de las delegadas del grado y otras familias que se sumaron.

 

Fue un arduo trabajo, un gran desafío. Y seguimos caminando, aprendiendo a mirar con los ojos del otro, a intentar caminar con sus zapatos, intentando no juzgarnos y aceptando la diversidad de pensamientos y miradas.