El día previo al inicio de clases, los niños y niñas de séptimo grado prepararon el arco de flores para dar la bienvenida a sus ahijados y ahijadas de primer grado.
El séptimo grado espeja cualidades del primer grado. Lo que en primero se vivencia desde los cuentos de hadas, desde cada imagen nutrida de sentido que llegó al aula, en séptimo se explora, se conoce, y sobre todo, despierta en ellos. Así lo que en un cuento un niño pequeño vivenciaba desde la imagen de un rey, o de un lobo que acecha, en séptimo tiene la cualidad de descubrir esas fuerza anímicas despertando dentro suyo y explorarlas. El acompañar a los niños de primer grado les da la oportunidad de entregarse nuevamente a la fantasía con entusiasmo y amor, en querer compartir eso que de otra manera ya no lo sentirían como algo propio. ¡Qué oportunidad tan grande! Asimismo el apadrinar a un niño pequeño, acompañarlo, querer cuidarlo, es un gesto de altruismo en un momento de desarrollo hormonal que los lleva a mirarse a si mismos.

Como «‘ángeles guardianes» acompañan los primeros pasos de los más pequeños.

Un extracto del poema de Gabriela Mistral «ángel guardián», nos acompaña para cerrar cada mañana y tener bien cerquita del corazón esta noble tarea.

Maestras Florencia y Rocío

Es verdad, no es un cuento;
hay un Ángel Guardián
que te toma y te lleva como el viento
y, con los niños, va por donde van.

Tiene cabellos suaves
que van en la venteada,
ojos dulces y graves
que te sosiegan con una mirada
y matan miedos dando claridad.
(No es un cuento, es verdad.)