
Cuando dos o más personas se reúnen con un objetivo para el bien común en absoluta libertad, y ponen a disposición enteramente su voluntad, llega la inspiración y la fortaleza espiritual necesarias, para que lo que parecería imposible en soledad, se haga visible y posible de concretar.
Cada día esta comunidad escolar hace escuela desde hace 30 años.
Y como toda organización llena de vida, tiene sus procesos y sus tiempos particulares que la caracterizan no sólo en sus aspectos pedagógicos sino también en los sociales.
Hoy nos encontramos en un proceso maravilloso donde nos reunimos desde el primer arquitecto que pensó la idea fundacional del edificio de la escuela, madres y padres cuyos hijos ya han egresado, maestras de todos los tiempos y las nuevas generaciones de padres que hoy nos colman de luz y fuerza emprendedora.
A todos nos convoca el amor profundo por este proyecto, cada uno aporta su experiencia, sus herramientas, sus anhelos, y juntos sucede la magia.
Ahora queremos compartir esta dicha con toda la comunidad y hacerlos parte de este nuevo impulso.
Nos autoconvocamos con el nombre «comisión cúpula» en alusión a un viejo sueño que quiere hacerse realidad. Pero comenzaremos por la ampliación de las aulas de cuarto y séptimo para poder albergar en mejores condiciones a los grupos 2025. Para concretar este primer paso, estamos convocando a la comunidad a hacer donaciones de dinero o de materiales en los próximas dos semanas, ya que para poder tener las aulas listas en marzo, la obra tiene que comenzar cuanto antes.
Tomás Mur, papá de Vicente y Salvador de jardín, es referente para las donaciones. 011 6391 0824.
Creemos que es posible. ¡¡Intentemos!!
Comisión Cúpula:
Pipo Pacheco, José Freitas, Christian Hordh, Martín Pérez Leirós, Tomás Mur, Federico Tessing.
Maestras: Rocío, Denise, Erika y Florencia
«Las personas que trabajan juntas en una fraternidad, son magos, porque atraen seres superiores a su círculo. Cuando uno trabaja en comunidad a partir del amor fraternal, seres superiores efectivamente se manifiestan. Al entregarnos a la fraternidad, esta donación de sí mismos, este fusionarse en una totalidad, resulta en un fortalecimiento de nuestros órganos. Luego, al hablar o actuar como miembros de tal comunidad, no es el humano individual que actúa o habla en nosotros, sino el espíritu de la comunidad. Este es el secreto para el progreso de la humanidad del futuro: trabajar a través de comunidades.»
RUDOLF STEINER