
En sus «Conferencias sobre el Color», Rudolf Steiner habla sobre la importancia de que cada artista (estudiante) conozca cada uno de los colores, los comprenda individualmente y cómo interactúan entre sí. Afirma específicamente que necesitamos experimentar los colores en nuestra vida emocional para comprenderlos. Una vez que los comprendamos en su esencia, podremos realmente utilizarlos.
Intentemos sumergirnos por completo en lo que recibimos a través del color del rico y variado mundo que nos rodea. Debemos sentir lo que hay en el color si deseamos penetrar en su verdadera naturaleza, lo que nos permite comprender mejor nuestros sentimientos. Debemos cuestionar nuestros sentimientos sobre lo que vive en el color que nos rodea.
— Rudolf Steiner, Lección sobre el color
Las lecciones de pintura crean oportunidades para que los niños desarrollen una comprensión íntima de los colores a través de su imaginación, movimiento e imitación.
Cuando la maestra presenta las lecciones en asociación con versos cortos e historias (que ayudan a personificar los colores), los niños viven cada experiencia plenamente.
En primer grado, las lecciones consisten en experiencias sencillas con el color, guiadas por la maestra. Es un trabajo puramente artístico; no se espera que los niños creen una forma o imagen específica de algo. Estas experiencias están organizadas de tal manera que les permiten comenzar a comprender la dinámica de los colores por sí mismos y en relación con los demás.
Las clases de pintura comienzan de forma muy sencilla: un color solo. (En la foto, rojo carmín). Después, un segundo color. Con el tiempo, ambos, se unirán en la página y los niños los experimentarán juntos. A continuación, se introduce un tercer color solo. Finalmente, éste en combinación con los dos primeros. Cada una de estas experiencias ofrece a los niños algo nuevo que experimentar, a la vez que amplían su comprensión de la naturaleza de cada color. (Por supuesto, un resultado natural de combinar dos colores primarios en una clase de pintura es el nacimiento de los colores secundarios: naranja, verde y morado. ¡Un momento maravilloso en cualquier clase de pintura!)
A medida que avanza el año, la maestra guía a los niños mientras experimentan juntos con los tres colores de la página, culminando hacia el final del año con el aprendizaje de la rueda de colores. Esta rueda se convierte en la base de muchas pinturas futuras que los niños crearán en cada grado.
