“Tú, Corona de Adviento,

en la oscuridad luz das.

Alegría que yo siento

al mirar tu quieta paz.

Al principio sólo una,

dos y tres velas después,

pues la cuarta se les suma

Navidad es otra vez”

El adviento es el tiempo anterior a la Navidad, empieza cuatro semanas antes del 25 de Diciembre. Es una época muy significativa y de gran sentido espiritual, que se relaciona con la preparación y espera de la llegada de la navidad. Los niños viven la espera en el tiempo de Adviento de un modo muy cálido. La Navidad es una fiesta entrañable para ellos si no se les mezcla y relaciona con el consumo, perdiendo su veracidad. 

El adviento abre una puerta dorada, hay un resplandor que viene desde la constelación de Orión invitando a los hombres de la tierra a recibir un regalo especial, una estrella que se agigantará en cada corazón en la medida que nos transformemos internamente, despertando nuestra conciencia, amando lo simple, dándole importancia a lo real y a lo verdadero.

La palabra  adviento viene del latín Ad Venire (lo que va a venir), significa un tiempo de espera que trae una actividad y movimiento tanto interno como externo; estamos preparándonos como cuencos,  para recibir, albergar,  ese algo que llega, que nos trae paz, amor, esperanza en el devenir.

Para la pedagogía Waldorf, cada semana de adviento representa uno de los reinos terrenales naturales: mineral, vegetal, animal y humano. Trabajamos desde el sentido de lo procesual, del ir poco a poco haciendo una hermosa imagen de la mesa de estación de adviento. (es lo que conoceríamos cotidianamente como pesebre) pero acudiendo a la vivencia de una esencia y un sentido.

Queremos proponer una serie de actividades que pueden acompañar de una manera cálida la vivencia de esta hermosa espera. El niño vive en lo procesal y en lo rítmico, su alma espera cada año el festejo de las celebraciones que van transcurriendo a lo largo del año. 

 

Actividades para el Adviento