
Pincelada tras pincelada fuimos pintando en la hoja, con acuarela de color azul, una tierra bien trabajada por manos humanas que la habían vuelto suave y aireada. Disueltos habían quedado los secos terrones.
Cuando la tierra estuvo lista, llegó el momento de sembrar. Rojas semillas fueron plantadas en su lugar.
Ahora era el tiempo de la espera.
Así como las semillas tienen su tiempo para abrirse y desarrollarse, así también nuestros trabajos de acuarela descansaron esperando.
Ahora era el tiempo de la espera.
Así como las semillas tienen su tiempo para abrirse y desarrollarse, así también nuestros trabajos de acuarela descansaron esperando.
¡Domingo de Pascua!
Cuando nos volvimos a encontrar con los niños y las niñas en la escuela, con pastas de colores, hicimos brotar hermosas plantas, flores y árboles de las semillas que habíamos plantado. Una mantis, mariposas, lombrices y hasta un enano, visitaron a los nacientes brotes.
Pero eso no fue todo, porque a partir de la Pascua de Resurrección, el sol nos regala luz renovada a toda la tierra y, cada niño y cada niña recibió luz Dorada en la pasta dorada, y con esa luz de esperanza y amor llenaron de Sol sus pinturas de pascua.Los trabajos fueron colgados en el aula y todos los días los niños y las niñas los miran admirados.
Pero eso no fue todo, porque a partir de la Pascua de Resurrección, el sol nos regala luz renovada a toda la tierra y, cada niño y cada niña recibió luz Dorada en la pasta dorada, y con esa luz de esperanza y amor llenaron de Sol sus pinturas de pascua.Los trabajos fueron colgados en el aula y todos los días los niños y las niñas los miran admirados.
Sara
maestra de 2do grado