
Los seres humanos tenemos la posibilidad desde siempre y cada año de gestar y dar a luz la fuerza de nuestro YO más elevado, el germen de nuestros ideales, nuestros más nobles impulsos. Todo nuestro ser se pone a disposición para que esto suceda. Si los adultos tomamos conciencia de este proceso, los niños percibirán (sin recibir explicación intelectual) que hay una meta real y que este camino tiene un sentido.
El pesebre vive como imagen de este camino interior que estamos invitados a recorrer. En él podemos pensar que el burrito representa la voluntad, María el sentir y José el pensar. Siempre podemos profundizar sobre los símbolos culturales que nos acompañan.
Hay cuatro ángeles que van anunciando la llegada de cada una de estas semanas de adviento. Y algunos cuentos sugeridos que pueden nutrir a los niños en forma de bellas imagenes.
¡Feliz Adviento, querida comunidad!
Maestra Vicky
En fotos:
El viernes 2 de diciembre fue la última reunión de padres y madres de jardín. En ella compartimos una artística de euritmia con canciones y poesía de adviento.
En la sala azul tuvimos la posibilidad de confeccionar con nuestras manos un ángel de vellón.
Aquí los cuatro ángeles de adviento:
EL ÁNGEL AZUL
Cuatro semanas antes de Navidad, pasa algo muy importante: un gran Ángel desciende del cielo par invitar a los habitantes de la Tierra a preparar la Navidad; este ángel viste una gran capa azul, tejida de silencio y de paz. la mayoría de la gente no lo percibe, porque están muy ocupados en otras cosas, pero el ángel canta con voz profunda y solamente aquellos que tienen el corazón atento, pueden escucharlo.
Su canto dice así: “El cielo viene sobre la tierra, Dios viene a habitar el corazón de los hombres, ¡poned atención, abridle la puerta!”
Y así es como en este día, el Ángel pasa y habla a todos los hombres, y aquellos que escuchan se disponen a preparar la Navidad, cantando canciones y encendiendo velas…
EL ÁNGEL ROJO
En el segundo domingo de adviento, un segundo Ángel desciende del cielo; va vestido con una gran capa roja y lleva en la mano izquierda una gran cesta, toda de oro. La cesta está vacía él anhela llenarla para luego llevarla rebosante ante el trono de Dios, pero ¿qué ha de poner en ella?
La cesta es muy fina y delicada, pues está hecha de rayos de sol; por lo que no ha de llenarse con cosas duras y pesadas.
El Ángel visita toda la Tierra y, muy discretamente, busca en todas las casas. ¿Qué busca? Mira en el corazón de todos los hombres para ver si encuentra en su corazón un poco de amor verdaderamente puro. Y ese amor lo guarda bajo su capa y… se lo lleva hacia el cielo. Y allí, los habitantes del cielo, los Ángeles y también los hombres que murieron en la Tierra, toman ese amor y de él hacen luz para las estrellas.
EL ÁNGEL BLANCO
El tercer domingo, un Ángel completamente blanco y luminoso desciende hacia la Tierra. Tiene en su mano derecha un rayo de sol que posee un poder maravilloso.
Va hacia todos los humanos en cuyos corazones el Ángel rojo ha encontrado amor verdadero y los toca con su rayo de luz. Entonces esa luz penetra en los corazones de esos humanos y los ilumina y calienta desde su interior.
Es como si el mismísimo sol alumbrara a través de sus ojos y descendiera por sus manos y pies y todo su cuerpo, aun de los más pobres, los más humildes de entre los hombres cuyos ojos han sido iluminados por su luz. Esa luz es la que en Navidad también nos permite ver al niño que nace en el pesebre.
EL ÁNGEL LILA
El último domingo antes de Navidad, es un gran Ángel , con capa de un violeta muy tierno y cálido, el que aparece en el cielo y sobrevuela toda la Tierra, llevando en sus manos una gran lira.
Toca con esta lira una música muy dulce y acompaña su canto, que es muy armonioso y claro.
Pero para poder escucharlo, hay que tener un corazón silencioso y atento.
Su música es el gran canto de paz, el canto del Niño Jesús y del Reino de Dios que viene sobre la Tierra.
Muchos angelitos le acompañan cantando también y se regocijan en el cielo.
Entonces todas las semillas que duermen en la Tierra se despiertan y la misma Tierra escucha y se estremece: el canto de los ángeles le dice que Dios no la olvida y que algún día ha de ser de nuevo Paraíso.
CUENTOS SUGERIDOS