
Tuvimos una bella fiesta del farolito como comunidad, con un hermoso sendero con lucecitas.
Abriendo camino, haciendo camino y siendo camino.
Para Séptimo grado, la última fiesta de peregrinación en la Escuela Primaria, aunque seguirán peregrinando y llevando la luz.
Tuve el privilegio de estar en el aula y escuchar el silencio, fue muy emocionante.
El relato esta vez fue » El agua de la cestita», un cuento popular italiano que, adaptado para esta fiesta, da una hermosa imagen de que, lo que uno recibe, es lo que da. Según cómo me pare en el mundo grande y profundo, así serán mis huellas.
Los niños prepararon las antorchas, y fue una decisión de ellos, que cada uno tuviera la oportunidad de encender la gran fogata.
Comprometidos, acompañaron a sus ahijados, muchos caminaron de la mano y atentos a que ninguno estuviera solo.
Toda vivencia es aprendizaje que se despierta transformada en Sabiduría de luz para cada individualidad.
Que esa Luz siempre ilumine nuestro camino y el de nuestro prójimo necesitado.
Maestra María