Algunos jóvenes están en la escuela hace casi 18 años, desde el maternal. Fueron los grandes anfitriones que recibieron a los que serían sus compañeros en el jardín y con los cuales seguirían el camino a lo largo de la escolaridad, a lo largo de la vida.

Hace algo más de 12 años tuve la posibilidad de observar a los prescolares, ya que sería su maestra de Primer grado. Los vi rondar, jugar dentro de las salas, donde su imaginación los convertía en «mamás» y «papás» cuidando a sus muñecas como si fueran sus bebés.
Cocinaban, planchaban y también jugaban a armar muchas cosas…
Fuera de la sala, jugaban en el arenero, en el viejo barco, en las hamacas, y pasaban largo tiempo desarrollando varias secuencias de movimiento y alegría, explorando y conociendo su entorno, percibiendo la Naturaleza, interviniendo en ella en sus primeras clases de huerta, yendo a buscar hojas de cedrón para hacer el té o llevándoles comida a las ovejas.
Así comenzaron la primaria. Siempre me sorprendió la frescura con que manifestaban todo lo que sentían. ¡Y sentían mucho! ¡Alegría, tristezas, enojos, diversión, felicidad, etc.!
Yo sabía que cada oscilación entre amor u odio era una búsqueda para encontrar un equilibrio, encontrar su ser, reconocerse.
La objetividad aún estaba lejos y recién comenzaría a vislumbrarse en 7mo.
Todos los maestros acompañamos desde nuestras materias a desarrollar no sólo lo físico y cognitivo, sino también a colaborar en su madurez anímica.
En su paso por la primaria pudimos ver cualidades individuales y grupales. Siempre fueron responsables de sus tareas, creativos, entusiastas, preguntones, e inquietos. Recibieron mucho con una gran apertura.
Dieron mucho también, en este gran camino de crecer y ser cada vez mejores seres humanos.
Llegó la secundaria y nacería la fuerza del pensar donde los juicios aparecerían año tras año. También surgió lo inesperado: la pandemia. Tutores y profesores les mostraron lo específico de cada materia.
En el 11vo debían presentar un tema a investigar, que les llevaría todo un año. Vivencias, realidades, aciertos, errores y el tiempo que, a veces despiadado, pasa y deja la sensación de no llegar, de no poder, junto a los desafíos que fueron sorteando por propia iniciativa y voluntad. Todo ello es plasmado en un libro artesanal y luego compartido por cada uno a la comunidad de la escuela.
Esta semana, con sus exposiciones, nos contaron:
* cuán importante es el juego para el desarrollo del ser humano.
*Cómo cuidar el crecimiento del cerebro, siendo conscientes como adultos de elegir pedagogías que colaboren con su desarrollo y también cómo protegerlo a temprana edad de la tecnología.
Cómo en la vida, más allá de las edades, por este medio que puede ser una herramienta, de pronto vemos que nos «conectamos » o » desconectamos » del entorno y de nosotros mismos.
*Qué cosas tienen en cuenta quienes programan un videojuego.
*Los hábitos, qué significan sus perspectivas y aportes.
*La expresión audiovisual, vivencias que tienen la intención de provocar asombro en el espectador.
*Registro fotográfico de seres, situaciones de vida, luz-oscuridad, procesos de selección donde hay que dejar de lado aquello que no sale como lo esperábamos y seguir intentándolo hasta lograrlo.
*Análisis musical de una canción y la transmisión de emociones, sumándole la propia representación en pinturas propias.
*Vulnerabilidad de la niñez, de las mujeres durante el embarazo y en el momento de parir, de los pueblos originarios, la explotación de los niños y las mujeres en la industria textil. Conciencia y más conciencia. ¿Qué hacer?
*En sus trabajos de investigación, además de ahondar en el tema, vislumbraron cómo el arte y el teatro nos ayudan en cierta manera a encontrarnos, a expresarnos y posiblemente a sanarnos.
*El deporte, vóley, rugby, carreras de karting, la experiencia de percibirse uno y el grupo, donde hay un objetivo y un propósito. Sin embargo, quienes lo practican reconocen a todos los que acompañan al equipo de jugadores.
Pasión por elaborar estrategias y lograr velocidad y efectividad.
 También se compartió cómo una entrega social puede ser una gran oportunidad y un motivo para mejorar las condiciones de vida de aquellos seres privados de libertad, quienes logran superarse e insertarse en la sociedad.
*Libertad, vivencia magnífica del hacer con las manos, de crear: modelar la arcilla, forjar acero y tallar piedra.
*Reparar un instrumento para que otros tengan la posibilidad de contar con él. «Cada pieza, cada instrumento es único».
*La contaminación del medio ambiente desde el impacto de la contaminación de los autos, la utilización de los plásticos y cómo se pueden «crear » cambios pequeños desde cada uno, en los que tenemos la posibilidad de generar conciencia.
 La gran presencia de plásticos hoy, que serán futuras islas. La contaminación textil.
*También en sus entregas sociales, un grupo de individualidades con ánimo de ayudar, trabajan para otros que ni siquiera «conocen». Se enteraron de la inexistencia de agua caliente en un barrio y decidieron construir con materiales desechables, paneles solares.
¡Cuánta entrega, cuánto amor!
*La importancia de los hongos en la Naturaleza como protección del ambiente y su riqueza para la alimentación.
*Marketing-publicidad, venta-consumo, comunicación, seguidores; entretelones de cómo establecer el puente.
 Ética, cuidado, empatía, respeto, conciencia. Mi trabajo, el trabajo de cada uno, despertar conciencia, derechos, sanar, frustración, crisis, ocuparme, lo hago yo, invitación a reflexionar, voluntad, iniciativa, cada uno es importante, agradecimientos y tantas otras palabras…
Se emocionaban con la escucha de las exposiciones de sus compañeros, se admiraban mutuamente.
En estos días fueron acompañados por excompañeros que tomaron otros rumbos; siempre presentes para ellos.
Comparto una reflexión, extraída del libro: «Pedagogía Waldorf» en relación al joven que va culminando su paso por la escuela, dando origen a SU propia escuela, a la escuela de la Vida, a su propia autoeducación…
«En un mundo cada vez más incierto, en el que las estructuras sociales tradicionales parecen deshacerse, una seguridad interna de dirección y propósito puede ser de gran ayuda. Es, por lo tanto, una tarea central de la educación, dar a niños y jóvenes no sólo un sentimiento de identidad sino un profundo sentido de propósito».
No es un mero idealismo pensar que la generación joven pudiera enfrentarse al mundo y sus problemas con algún sentido de servicio.
Durante un año los jóvenes acunaron la pregunta:
¿Qué necesita el mundo y qué necesito YO para desarrollar habilidades para ayudar?
A todos los que hemos sido parte de este ideal, familias, maestras y maestros, profesores y la comunidad que estuvo en esta hermosa instancia de presentaciones
¡GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS por la incondicional confianza!
A los jóvenes, que tengan un luminoso camino y lleven sus conquistas al mundo…
Siempre en mi corazón.
                                Viviana
                                 Maestra de primaria del actual 12vo

Desde la cuna… En el maternal…

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En tercer grado

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En quinto grado

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27/9/2016 – Viaje a la Isla Martín García

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Teatro

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Pentatlon

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Proceso del mosaico en 6to

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Pizarrón de 7mo en proceso de Yago e Iñaki

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