
Evocar nuevamente aquello que nos impregnó profundamente el alma y perdura con el tiempo como todo lo que pasa por el corazón.
Recibir con agradecimiento los materiales preparados con tanto cariño.
Ahora a disponer nuestras manos para la labor.
Es nuestro turno de dejar nuestra huella.
Nuestro sentir baila con la música, el canto acompaña a la tierra que quiere dormir.
Un enorme regocijo nos invade con lo que hemos logrado. Hermosos farolitos van a cobijar nuestra luz.
En el interior del hogar con nuestros más cercanos, en el camino afuera con los que también miran las estrellas.
Fuego adentro, fuego afuera, el que no canta, ya sueña…
Maestra Erika
Y en cada chispita que se eleva del fuego al cielo, se elevan también los buenos deseos y los buenos pensamientos de los seres humanos que queremos un mundo mejor. Y en esos deseos y buenos pensamientos, llenos de luz y calor, nos encontramos en la distancia. En el calor del corazón siempre estamos juntos, de día o de noche, con lluvia o sol.
Maestra Florencia